Los gobiernos
Todos los gobiernos deben comprometerse
a capacitar a los maestros y a desarrollar planes de estudio
que apoyen la enseñanza
de la reducción del riesgo de desastres a gran escala.
En muchos países, los jóvenes y los niños se
benefician de una amplia variedad de formas de abordar las amenazas
naturales, la preparación y la prevención de desastres.
Estas prácticas son muy variadas en cuanto a su enfoque, intensidad
y calidad pero es probable que al menos la mitad de las naciones
del mundo cuenten con alguna forma de enseñanza sobre las
amenazas naturales y la seguridad en algunas de sus escuelas. En
ciertos casos, las políticas educativas y el suministro de
materiales didácticos se descentralizan a nivel subnacional.
El desafío existente es fundamentarse en estas prácticas,
promoverlas en escuelas vecinas y fomentar esta enseñanza
en aquellas naciones en las que se imparte con poca frecuencia
o es totalmente inexistente.
Todos los gobiernos deben revisar la seguridad de sus escuelas
y desarrollar una política exhaustiva para la seguridad escolar,
tomando en cuenta todas las amenazas locales más importantes
y utilizando la ubicación de las escuelas, el mantenimiento
de los edificios, el diseño y los métodos de construcción
como herramientas de reducción.
Existe una tecnología efectiva y a bajo costo para fortalecer
y construir escuelas seguras a un pequeño costo adicional.
A pesar de que el peligro sísmico en las escuelas ha recibido
cierta atención, muy poco se ha hecho con respecto a otras
amenazas existentes. Estos incluyen fenómenos meteorológicos
tales como fuertes vientos, oleadas debido a las tormentas, tornados,
relámpagos, incendios forestales e inundaciones. Otros fenómenos
geofísicos también representan amenazas para las escuelas:
deslizamientos, deslaves y avalanchas, efectos de las erupciones
volcánicas y sus posteriores caudales de lava, y los tsunamis.
Las Naciones
Unidas y otras organizaciones internacionales
Las
Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales pueden trabajar
con
diversos profesionales, educadores, comunidades, niños y jóvenes
para desarrollar una breve lista de acciones
de "ganancia rápida" que
pueden aumentar de forma acelerada la seguridad de las escuelas e
incrementar el grado de concientización entre todas
las partes interesadas en las escuelas.
Las denominadas "ganancias rápidas" son acciones
que se realizan en apoyo a los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM) y es casi seguro que éstas produzcan beneficios rápidamente.
La lista del Proyecto del Milenio ya incluye la eliminación
de las cuotas o tarifas de usuarios en las escuelas primarias y la
ampliación de los programas de almuerzos escolares en apoyo
a las iniciativas de la UNESCO tituladas "Educación para
Todos", al igual que otras acciones para brindarle apoyo a los
ODM, tales como la distribución masiva y gratuita de mosquiteros
para combatir la malaria y la restauración masiva
de los nutrientes del subsuelo.
Las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales
pueden dinamizar las coaliciones y alianzas de
trabajo, facilitar la
creación
de redes de conocimiento, incluyendo el intercambio sur-sur; desarrollar
las capacidades existentes y ofrecer orientación para que
otros tengan acceso a los recursos de capacitación
existentes.
Los donantes
Los donantes pueden vincular estos temas con
todos los ODM, y no solamente con el ODM relacionado con
la educación. Anteriormente, algunos pensaban que la reducción de desastres
constituía una agenda separada que desviaría los recursos
de la misión central del desarrollo. Actualmente, se considera
que ambos aspectos son en realidad uno sólo. De manera similar,
existen muchas sinergias posibles entre la educación, la reducción
de desastres y los otros OMD. Éstos, a su vez, están
relacionados con estrategias más integrales tales como los
Documento de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP). Las escuelas
deben ser centros utilizados para el desarrollo de métodos
comunitarios para la conducción de evaluaciones participativas
del riesgo.
Es mucho más probable que una comunidad que se moviliza
de esta forma encuentre soluciones locales para otros problemas
de desarrollo
relacionados con los ODM.
Los donantes deberían escoger a unos doce países "por
la vía rápida" que tengan una cantidad considerable
de escuelas ubicadas en sitios peligrosos o al menos estén
en riesgo y demostrar el potencial existente para incrementar la
protección escolar. La asistencia que reciben estos países
debería aumentarse considerablemente con el fin de avanzar
en la ejecución de tales programas.
Aquellos países pobres altamente endeudados que tengan muchas
escuelas en riesgo y no muestren un potencial de mejorar la situación
por la "vía rápida", también requerirán
de asistencia, pero ésta quizás podría combinarse
con un intercambio de "deuda por seguridad" con el fin
de que los recursos de los donantes en el país duren más.
El sector
privado
Se incluyen dentro del sector privado las muchas escuelas
privadas que existen en el mundo. Cuando éstas son
parte de redes y asociaciones nacionales y hasta internacionales
- tales como los centros educativos Montessori, las acreditadas ante
la Organización del Bachillerato Internacional (IBO), y las
que se basan en la fe (por ejemplo, las escuelas de Aga Khan, las
católicas y las yeshivas) sus organizaciones
principales pueden ofrecer orientación y recursos para que sus alumnos también
estudien temas de seguridad y sus escuelas también
permanezcan seguras. En algunos casos, las escuelas privadas
pueden hermanarse con las del sector público, ayudándoles a cumplir con
normas de seguridad estructural que quizás sean más
rigurosas que las dispuestas en el ordenamiento nacional, y enriqueciendo
sus planes de estudio y recursos de enseñanza (bibliotecas,
acceso a computadoras e Internet, etc.).
Las organizaciones de profesionales involucradas en las
escuelas y en el campo de la construcción deben
trabajar con los gobiernos para establecer y hacer cumplir
estrictos códigos de construcción,
con el fin de que se respeten las más altas normas de calidad
en la edificación de las escuelas.
Se debe establecer una nueva cultura
de respeto hacia el establecimiento de códigos de conducta dentro de los entes profesionales que
participan en la construcción de las escuelas.
Los educadores
y otros profesionales
Los profesionales están trabajando arduamente
para enriquecer la educación con conocimiento relevante para
el desarrollo humano sostenible, la paz, la justicia y la seguridad.
No obstante, existen medios para que sus esfuerzos puedan
centrarse más claramente en las amenazas naturales sin restarle mérito
a la labor que realizan en otras áreas importantes. Si se
tomara en consideración la pérdida de vidas, los daños
y el trastorno que experimenta la educación y el desarrollo
normal de los niños y los adolescentes a consecuencia de las
amenazas naturales, se deduciría que una mayor cantidad de
profesionales deberá buscar medios más rápidos
y directos para comunicarse con los padres, instancias encargadas
de la formulación de políticas y los propios niños
y jóvenes. Profesionales tales como maestros, investigadores,
ingenieros y periodistas podrían representar el primer
punto de contacto.
Las comunidades y las escuelas
Las escuelas pueden iniciar sus procesos
en este preciso momento al añadir algunas enseñanzas sobre seguridad
y amenazas naturales. Esto es tan fácil como dedicar una hora
a la semana a salir fuera del aula con su grupo escolar para empezar
a observar detalladamente el entorno geográfico de los edificios
y del recinto escolar. Lo único que se requiere es papel y
lápiz para que los docentes y los alumnos empiecen a describir
gráficamente las posibles amenazas. Aún en los casos
en los que los grupos escolares sean grandes y existan pocos recursos
o la presión de "enseñar para los exámenes",
una hora a la semana que se dedique a esta actividad puede retribuirse
enormemente en términos de las vidas que se salvarían
y de la concientización que las futuras generaciones adquirirían
en cuanto a los riesgos existentes.
Los Padres
de Familia
Los padres
que han perdido a sus hijos durante algún desastre pueden
unirse como organización de base y hacer lo que esté a
su alcance para impedir que otros padres sientan el dolor y la pena
que ellos conocen tan bien. De forma similar, y sólo a manera
de ejemplo, los padres de los niños que han sufrido ataques
cardíacos repentinos en el Reino Unido han formado un grupo
para abordar este tema. Además, en muchos países existen
diferentes tipos de Asociaciones de Maestros y Padres de Familia. Éstas
pueden convertirse en el espacio apropiado para discutir lo que los
niños y los jóvenes aprendan sobre
seguridad y amenazas, al igual que la forma de
proteger las escuelas. |